Monday, March 23, 2009

El apareamiento de los dinosaurios


El reciente anuncio de fusión entre Merck y Schering-Plough ha estado en boca de los analistas durante los últimos seis años. A pesar, pues, de la obviedad de la operación, ésta no ha dejado de sorprender. Las megafusiones cada vez convencen menos y la tesis que afirma que no son la panacea va ganando nuevos adeptos con cada megaoperación. El doctor Pedro Cuatrecasas, quien dirigió la investigación de Warner-Lambert en los tiempos en que inventaron Lipitor (Cardyl), advertía hace un par de años que la innovación farmacéutica corre serio peligro en parte a causa de las megafusiones, responsables en buena medida del descenso del número de nuevos fármacos. Y no le faltaba razón. Pfizer es un claro ejemplo de ello. Ya va por la tercera megafusión y en una década sólo ha lanzado un nuevo blockbuster al mercado, habiendo invertido probablemente más de 60.000 millones de dólares en investigación.

Por otra parte, también ha causado cierta sorpresa que una compañía como Merck, que había hecho gala en diversas ocasiones de su arraigada fe en la investigación propia y en el crecimiento orgánico, se haya desdicho tan rápidamente de tan firme creencia, optando por una solución defensiva, un parche rápido, en lugar de escoger un planteamiento más estratégico. Parece que lo que prima es la visión a corto plazo, el salvar los resultados y a ser posible mantener el dividendo. Con los ahorros que se espera obtener se prevé compensar la pérdida de facturación por los vencimientos de patentes, sobre todo de Singulair y Cozaar.

La principal incógnita que queda por despejar en esta historia es la respuesta que dará Johnson & Johnson, a quien todo el sector mira ahora con expectación. A pesar de que Merck y Schering-Plough han estructurado la operación en forma de una fusión inversa para preservar los derechos que esta última posee para comercializar Remicade y golimumab (su posible sucesor) fuera de EEUU y Japón, cabe la posibilidad (si no ha habido un acuerdo amistoso previo) de que J&J trate de oponerse o que incluso llegue a lanzar una oferta para comprar Schering-Plough. Que J&J no haga nada, que es la tercera posibilidad que resta, no parece plausible.

A J&J, una compañía líder en el mercado OTC, podría interesarle también que Schering-Plough la compensase ofreciéndole su cartera de estos productos a precio de ganga. No obstante, tras el anuncio de la operación de Merck y Schering-Plough, las acciones de esta última han marcado su máximo de los últimos 12 meses, lo que parece indicar que los mercados especulan con la posibilidad de que haya una pugna entre Merck y J&J por su adquisición. El plazo del que dispone J&J para hacer su reclamación es de un mes. En cualquier caso, los expertos legales consultados no se ponen de acuerdo acerca de cuál podría ser el resultado de la eventual reclamación de J&J.

La operación de Merck y Schering-Plough, seguida de la oferta de Roche por la parte que le faltaba de Genentech, confirman la nueva ola de consolidación que se inició seis semanas antes, cuando se hizo pública la oferta de Pfizer por Wyeth. Todo el mundo se pregunta ahora quiénes serán los próximos protagonistas de lo que algunos jocosamente ya han bautizado como 'el apareamiento de los dinosaurios'. Entre las gigantes del sector AstraZéneca, Bristol Myers Squibb y Sanofi-Aventis figuran en los pronósticos de la mayoría de analistas. Mientras que entre las biotecnológicas las que suenan con más fuerza son Amgen y Gilead Sciences.

No comments: